A 23 años: Hay recuerdos que se vuelven lágrimas

2 minutos pueden cambiar la vida de cualquier persona, de la historia completa de un país, 2 minutos pueden ser los momentos más felicies de nuestras vidas como los más tristes, 2 minutos se dicen poco, y lo ocurrido hace 23 años en México un 19 de sptiembre de 1985 lo dice todo.
En punto de las 7:19 horas el suelo de México se estremeció con el terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter. La tierra se sacudió, edificios se derrumbaron, hubo estrundos por todas partes, siguieron gritos, de pánico, de horror, lágrimas de desesperación...y después de dolor, voces de auxilio.
Lo mas fuerte vino después. Cuerpos sin vida yacían debajo de los derrumbes, heridos fatales, niños, mujeres, hombres del pueblo, padres, amigos, compañeros que nunca volverían a estar entre nosotros, otros que sabían que sus vidas cambiarían para siempre.
Todos querían ayudar en ese instante, algunos murieron en el intento, otros heridos siguieron apoyando, pero no era suficiente, ni la ayuda de militares...y los civiles se multiplicaron con la conciencia social...el rescate de México cayó en manos de civiles.
Y esa misma noche otro sismo de menor intensidad volvió a dar temor a los mexicanos, más esta vez no hubo mayores daños, pues lo peor había pasado, al menos eso se pensó.
El miedo volvió a invadir los corazones y ya nada fue lo mismo.
Reportes de protección civil dio un resultado de 7 a 8 mil personas muertas, pero hoy sabemos que el gobierno que transcurría cayó la voz, cuando en realidad más de 40 mil personas fallecieron en lo que hoy llamamos la peor tragedia de México.
Resignación a las familias que aún lloran por sus hermanos, sus amigos, sus compañeros, valentía a aquellos que sobrevivieron con consecuencias, y para los que estamos siempre es buena la prevención, y sobre todo algo que nos caracteriza, la solidaridad y conciencia social ante estos hechos.
Dios ilumine sus días.